

La blockchain de Ethereum se ha consolidado como una plataforma pionera para el desarrollo de aplicaciones descentralizadas. No obstante, a medida que la red evolucionaba, los desarrolladores se encontraron con importantes desafíos en torno a la estandarización y la interoperabilidad. El estándar de tokens ERC-20 surgió como respuesta a estos retos, ofreciendo un marco unificado que revolucionó la forma en que se crean y gestionan los tokens en la red Ethereum.
Los tokens ERC-20 son activos digitales fungibles y estandarizados que existen en la blockchain de Ethereum. Este estándar técnico establece un marco común para el desarrollo de smart contracts, facilitando la creación de tokens que se integran perfectamente con el ecosistema de Ethereum.
El estándar define reglas y funciones concretas que todos los tokens compatibles deben implementar. Gracias a ellas, los tokens ERC-20 pueden interactuar de forma uniforme con wallets como MetaMask, plataformas de trading y aplicaciones descentralizadas. Cada token cumple una función específica dentro de su ecosistema, pero mantiene la capacidad de intercambiarse en toda la red de Ethereum.
Por ejemplo, un token ERC-20 puede representar derechos de voto en una DAO, servir como token de utilidad para acceder a servicios concretos o funcionar como mecanismo de gobernanza de un protocolo. La estandarización garantiza que, sea cual sea el uso del token, pueda interoperar con cualquier plataforma compatible con Ethereum que soporte el estándar ERC-20, entre ellas wallets como MetaMask.
El estándar ERC-20 se origina en una propuesta presentada por Fabian Vogelsteller en 2015. Vogelsteller detectó la necesidad de un estándar de token unificado que facilitara la interoperabilidad y simplificara el desarrollo en la blockchain de Ethereum.
La propuesta se presentó en el repositorio de GitHub de Ethereum como un “Ethereum Request for Comment”, recibiendo el número “20” por ser el vigésimo comentario de este tipo. Tras su revisión y aprobación por la comunidad de desarrolladores de Ethereum, la propuesta se formalizó como Ethereum Improvement Proposal 20 (EIP-20), aunque sigue conociéndose popularmente como ERC-20.
Desde su implementación, ERC-20 se ha convertido en el estándar de referencia para la creación de tokens en Ethereum. Todo token de smart contract diseñado para la red debe cumplir estas pautas para garantizar su compatibilidad y correcto funcionamiento en el ecosistema.
La operativa de los tokens ERC-20 se basa en su integración con smart contracts (acuerdos autoejecutables que realizan acciones predeterminadas cuando se cumplen ciertas condiciones). Estos smart contracts, ejecutados por la Ethereum Virtual Machine (EVM), funcionan como sistemas automatizados que ejecutan instrucciones programadas.
Al crear tokens ERC-20, los desarrolladores implementan funciones obligatorias definidas por el estándar, como transferir tokens, consultar saldos, aprobar el gasto por terceros o consultar el suministro total. Tras implementar estas funciones y desplegar el smart contract, los tokens pasan a estar operativos y pueden gestionarse desde wallets compatibles como MetaMask.
Al ser fungibles, cada unidad de un token ERC-20 tiene el mismo valor que el resto, igual que ocurre con las monedas tradicionales. Esta característica permite el intercambio fluido de activos en el ecosistema. Además de las transferencias, los tokens ERC-20 pueden otorgar derechos de gobernanza, permitiendo participar en la toma de decisiones, o emplearse en staking para respaldar operaciones de red y recibir recompensas en forma de tokens, generando ingresos pasivos.
El estándar ERC-20 ha aportado numerosas ventajas al ecosistema de Ethereum, transformando la forma en que desarrolladores y usuarios interactúan con los activos basados en blockchain.
La interoperabilidad es una de las mayores fortalezas. La estandarización garantiza que cualquier token ERC-20 pueda interactuar sin problemas con otros tokens, wallets como MetaMask y aplicaciones descentralizadas que sigan este estándar. Esto elimina la fragmentación propia de muchos ecosistemas blockchain, permitiendo a los usuarios intercambiar tokens entre proyectos distintos sin complicaciones. Así, por ejemplo, un usuario puede intercambiar tokens de gobernanza de un protocolo por tokens de utilidad de otro proyecto en plataformas descentralizadas, sin problemas de compatibilidad.
La seguridad se refuerza notablemente con el estándar ERC-20. Todos los tokens compatibles se construyen sobre Ethereum y comparten su arquitectura, heredando la seguridad de la blockchain: descentralización (control repartido entre numerosos participantes), inmutabilidad (imposibilidad de modificar transacciones ya completadas) y transparencia (todas las operaciones se pueden verificar públicamente). Estos elementos dificultan la manipulación del suministro, las transferencias no autorizadas o el fraude en la validación de tokens.
La transparencia aumenta aún más gracias a la integración del estándar en el registro público de Ethereum. Todas las transacciones con tokens ERC-20 quedan registradas permanentemente en la blockchain, generando un historial inalterable. Esto permite rastrear movimientos de tokens, verificar transacciones y confirmar la legitimidad de los activos a través de interfaces como MetaMask, lo que refuerza la confianza en la integridad del sistema.
La liquidez es otra ventaja clave. Los tokens ERC-20 gozan de una amplia aceptación en plataformas de trading, lo que los hace muy líquidos y atractivos para inversores que buscan aprovechar la volatilidad del mercado, ya que pueden comprar y vender con facilidad.
La personalización, junto a la facilidad de uso, hace que el estándar sea especialmente atractivo. Los desarrolladores pueden adaptar los tokens a distintos usos ajustando parámetros como el suministro total, los decimales o el símbolo, e incluso implementar funciones únicas manteniendo la compatibilidad. A pesar de esta flexibilidad, los tokens ERC-20 siguen siendo accesibles, con herramientas como MetaMask o MyEtherWallet que simplifican su creación y gestión, reduciendo así barreras de acceso e impulsando la innovación.
Pese a sus ventajas, el estándar ERC-20 presenta limitaciones que desarrolladores y usuarios deben considerar.
La flexibilidad limitada es una de las principales. Aunque la estandarización aporta compatibilidad y estabilidad, también restringe la funcionalidad, impidiendo a los desarrolladores implementar funciones complejas fuera del marco del estándar. Esto puede ser un problema para proyectos que requieren mecánicas avanzadas que ERC-20 no soporta.
Las altas comisiones de transacción suponen otro reto importante. Cada operación con tokens ERC-20 requiere gas para procesarse en Ethereum. En épocas de congestión, estas comisiones pueden dispararse y hacer inviables las transacciones pequeñas. La volatilidad del gas dificulta calcular gastos desde wallets como MetaMask, lo que puede frenar la participación, especialmente entre usuarios con menos recursos.
La falta de aceptación universal limita el alcance de ERC-20. Aunque su adopción es amplia, no todas las plataformas de criptomonedas los admiten. Algunos exchanges no los listan por cuestiones técnicas o de negocio, lo que restringe la liquidez y los mercados disponibles para los holders.
Los problemas de recepción representan un riesgo técnico: si se envían tokens ERC-20 a smart contracts que no están preparados para gestionarlos, pueden perderse definitivamente. Esto ocurre porque ERC-20 carece de un mecanismo para alertar al receptor de la llegada de tokens. Si el contrato no implementa la función adecuada, no podrá reconocer ni procesar los tokens, que quedarán inaccesibles. Se recomienda extremar la precaución al enviar tokens con MetaMask para asegurar la compatibilidad de la dirección receptora.
Desde la llegada del estándar ERC-20, muchos tokens han alcanzado gran presencia y adopción en el mercado.
Tether (USDT) es una stablecoin que opera en Ethereum bajo el estándar ERC-20. Mantiene una paridad 1:1 con el dólar estadounidense y proporciona estabilidad de precio en el mercado cripto. El emisor afirma respaldar cada USDT con reservas de dólares en cuentas seguras. USDT se ha convertido en uno de los pares de trading más utilizados y es clave para transferir valor entre wallets, incluyendo MetaMask.
Uniswap (UNI) es tanto un protocolo de exchange descentralizado como un token ERC-20. UNI es el token nativo de Uniswap y se utiliza para gobernanza del protocolo, que funciona con un modelo de market maker automatizado en lugar de libros de órdenes. Los holders pueden votar decisiones clave y gestionar sus UNI fácilmente desde MetaMask y otros wallets compatibles.
Maker (MKR) es el token de gobernanza de MakerDAO, el protocolo open source que permite crear DAI, una stablecoin descentralizada vinculada al dólar. Los holders de MKR gestionan el protocolo mediante votaciones ejecutivas y encuestas, y cada token bloqueado representa un voto con influencia directa en los parámetros y decisiones del sistema.
Wrapped Bitcoin (WBTC) es un token ERC-20 respaldado 1:1 por Bitcoin, que permite a los holders de BTC acceder al ecosistema DeFi de Ethereum. Su adopción es notable al unir la liquidez de Bitcoin y la funcionalidad de los smart contracts de Ethereum, y puede gestionarse fácilmente con MetaMask.
El estándar ERC-20, aunque predominante, convive con otros estándares que cubren necesidades específicas.
ERC-165 permite a los smart contracts declarar y detectar las interfaces que soportan, facilitando interacciones más sofisticadas entre contratos. Es muy útil en protocolos que necesitan verificar la compatibilidad antes de ejecutar acciones.
ERC-621 permite a miembros autorizados de un proyecto modificar el suministro de tokens tras el lanzamiento, ya sea ampliándolo mediante minting o reduciéndolo con burning, lo que proporciona flexibilidad en la gestión dinámica del suministro.
ERC-777 añade funciones avanzadas como recuperación de emergencia para usuarios que pierden sus claves privadas y una mayor privacidad en las transacciones, abordando problemas de seguridad y usabilidad no resueltos por ERC-20.
ERC-721 se orienta a los tokens no fungibles (NFT), que requieren identificación única y no pueden replicarse. Como ERC-20 es fungible, resulta inadecuado para activos únicos, por lo que ERC-721 proporciona el marco necesario para la gestión de NFT. MetaMask soporta ERC-721 y permite gestionar colecciones de NFT.
ERC-223 busca resolver la pérdida de tokens enviados a direcciones incompatibles mediante un mecanismo que permite su recuperación, aportando una capa de seguridad que ERC-20 no incluye.
ERC-1155 es un estándar multi-token que permite crear tokens fungibles y no fungibles en un solo smart contract. Esto reduce significativamente los costes de transacción y mejora la eficiencia, siendo especialmente útil en videojuegos y sistemas tokenómicos complejos.
MetaMask es una de las soluciones de wallet más populares para gestionar tokens ERC-20. Esta extensión de navegador y app móvil ofrece una interfaz segura e intuitiva para interactuar con la blockchain de Ethereum y los tokens ERC-20.
Los usuarios pueden añadir fácilmente tokens personalizados ERC-20 a MetaMask importando la dirección del contrato. Una vez añadidos, MetaMask muestra los saldos, permite transferencias y facilita la conexión con aplicaciones descentralizadas. Además, MetaMask detecta automáticamente muchos tokens ERC-20 populares, simplificando la experiencia de usuario.
MetaMask ofrece funciones clave de seguridad como gestión de claves privadas, firma de transacciones y selección de red. Los usuarios mantienen el control total de sus activos y disfrutan de una interfaz sencilla. Su adopción generalizada lo convierte en una herramienta imprescindible para operar con tokens ERC-20, tanto para trading y staking como para participar en protocolos de finanzas descentralizadas.
Para los desarrolladores, MetaMask proporciona herramientas de integración que facilitan la creación de aplicaciones que interactúan con tokens ERC-20. Su API permite conectar aplicaciones web con cuentas Ethereum de los usuarios, gestionando transferencias e interacciones con smart contracts sin necesidad de que el usuario administre procesos blockchain complejos.
El estándar ERC-20 ha supuesto un hito en el desarrollo del ecosistema Ethereum y de la industria blockchain. Al establecer un marco común para la creación y gestión de tokens, ha resuelto retos clave de interoperabilidad, complejidad y fragmentación del ecosistema.
El éxito del estándar radica en su equilibrio entre estandarización y funcionalidad, ofreciendo una base fiable y flexible para casos de uso muy diversos. Sus ventajas—interoperabilidad, seguridad, transparencia, liquidez y facilidad de uso a través de wallets como MetaMask—lo han convertido en la opción preferida para el desarrollo de tokens en Ethereum.
No obstante, ERC-20 también presenta limitaciones: las comisiones de transacción, la falta de flexibilidad para funcionalidades avanzadas y los problemas en la recepción siguen siendo retos que la comunidad de Ethereum afronta con nuevos estándares y mejoras de protocolo.
La aparición de estándares alternativos como ERC-721 para NFT, ERC-777 para seguridad avanzada o ERC-1155 para eficiencia multi-token demuestra la evolución y adaptabilidad del ecosistema. Todos ellos se construyen sobre la base de ERC-20 para cubrir demandas específicas.
Con la evolución de Ethereum y las mejoras que buscan mayor escalabilidad y menores costes, ERC-20 y sus derivados seguirán siendo clave en la economía de tokens de la red. Su influencia supera Ethereum y ha contribuido a la adopción de blockchain en otras plataformas. Para desarrolladores, inversores y usuarios, comprender ERC-20 y sus estándares asociados es imprescindible para navegar este entorno dinámico. Herramientas como MetaMask son ya esenciales para gestionar tokens ERC-20 y participar con seguridad y facilidad en la economía descentralizada.
Sí, MetaMask admite tokens ERC-20. Los usuarios pueden añadir manualmente cualquier token ERC-20 a su wallet para su gestión y soporte completo.
No, ERC-20 y ETH no son lo mismo. ERC-20 es un estándar de token en Ethereum, mientras que ETH es la criptomoneda nativa de la red.
Abre MetaMask, selecciona el token ERC-20 correspondiente y copia la dirección que aparece. Esa es tu dirección ERC-20 para ese token en MetaMask.
Comprueba si está vinculada a una wallet de Ethereum. Las wallets ERC-20 usan direcciones de Ethereum. Verifica que el formato de la dirección coincide con el estándar de Ethereum.











