ORE debutó en 2024 como ganador del hackathon Solana Renaissance, donde su sistema proof-of-work llegó a colapsar la red Solana por un volumen excesivo de transacciones.
Tras casi un año inactivo, ORE ha regresado al ecosistema de Solana. Antes conocido como el protocolo de minería PoW “Solana Crasher”, vuelve con un protocolo renovado. Esto ha disparado el precio del token de 10 $ a más de 600 $ en el último mes y ha generado ingresos diarios superiores a 1 millón de dólares. ORE ocupa el segundo lugar en ingresos por protocolo en Solana, solo superado por Pump.fun, con casi todo el crecimiento en exchanges descentralizados (DEX).
El anónimo Hardhat Chad creó ORE, cuya apuesta por el anonimato sigue la tradición de Satoshi Nakamoto de Bitcoin. En sus inicios, Hardhat Chad desarrolló en solitario ORE V1. Actualmente, el equipo incluye perfiles como Neil Shahani, responsable del crecimiento del proyecto y de la gestión de la comunidad.
El equipo de ORE fundó Regolith Labs como entidad oficial de desarrollo.

En septiembre de 2024, Regolith Labs —el equipo tras ORE— cerró una ronda de financiación inicial de 3 millones de dólares liderada por Foundation Capital, con la participación de Solana Ventures y otros fondos. La inversión se destina principalmente a ampliar el equipo y avanzar tecnológicamente.
El equipo lanzó después el protocolo V2. Sin embargo, la primera versión de V2 no resolvió la desalineación de incentivos, lo que derivó en recompensas de minería bajas y un precio de ORE permanentemente deprimido.
Tras un año de iteraciones, el equipo detectó una fuga de valor en los modelos PoW tradicionales y optó por un rediseño integral. El 22 de octubre de 2025, ORE anunció su protocolo renovado, capaz ahora de acumular ingresos, sostener una tokenomics estable y acelerar la creación de almacenamiento de valor nativo en Solana.

El nuevo protocolo incorpora un sistema de minería en cuadrícula 5×5. Cada ronda dura un minuto y los mineros hacen staking de SOL para ocupar bloques en la cuadrícula. Al terminar la ronda, un generador seguro de números aleatorios selecciona el bloque ganador, y los mineros de ese bloque se reparten todo el SOL de los otros 24 bloques de forma proporcional. Además, uno de los mineros del bloque ganador puede recibir una recompensa extra en ORE (aproximadamente cada tres rondas). Este mecanismo transforma el juego de suma cero en una redistribución colectiva de valor: todo el SOL perdido pasa directamente a los ganadores y se elimina la fuga de valor.
El protocolo incluye también el bote “Motherlode”, que suma 0,2 ORE por ronda y ofrece una probabilidad de 1:625 de activar el premio. Si no se activa, el bote se acumula hasta que un minero afortunado lo gane en rondas futuras.
La gran innovación de ORE reside en su mecanismo de captura de valor. Todas las recompensas de minería se someten a una comisión de refinado del 10 % al retirar; esta cantidad se distribuye automáticamente a otros mineros según su saldo de ORE pendiente. Cuanto más tiempo conserves el ORE minado, más acumulas.
De manera clave, el protocolo recauda automáticamente el 10 % de las recompensas en SOL como ingreso del protocolo. Este ingreso se usa para recomprar ORE en el mercado abierto. En los últimos siete días, el ingreso del protocolo alcanzó 21 529 SOL (unos 3,6 millones de dólares), impulsando recompras de 10 381 ORE. El 90 % de los tokens recomprados se quema y el 10 % restante se distribuye entre los poseedores que hacen staking.
Esta arquitectura permite que la emisión neta de ORE fluctúe dinámicamente entre inflación y deflación. Cuando el ingreso del protocolo es fuerte, el sistema entra en fase deflacionaria.

Actualmente, hay 286 629 ORE en staking en el protocolo, con un TVL superior a 150 millones de dólares y un APR del 20,93 %.

ORE mantiene un límite estricto de 5 millones de tokens y una emisión media estable de alrededor de 1 ORE por minuto. Sin embargo, la introducción del ingreso del protocolo y del mecanismo automático de quema permite que la emisión neta oscile entre una inflación limitada y una deflación ilimitada, según los ingresos del protocolo. Los datos de Dune muestran que ORE fue deflacionario en cinco de los últimos siete días.

El equipo oficial de Solana ha puesto el foco en la rentabilidad del protocolo. El 10 de noviembre, la cuenta oficial de Solana citó un tuit de Neil Shahani, responsable de crecimiento de ORE, mostrando su asombro ante los ingresos diarios por encima de 1 millón de dólares.

El cofundador de Solana, toly, afirmó: “Ore es dinero”, y lo retuiteó, destacando los incentivos continuos a los mineros, los rendimientos de staking obtenidos del ingreso del protocolo en vez de la inflación y cómo la devolución de comisiones refuerza el ecosistema.
ORE está expandiendo su integración con nuevas plataformas. El dispositivo Seeker de Solana Mobile ya es compatible con aplicaciones ORE, permitiendo a los usuarios minar directamente desde su móvil.

Algunos miembros de la comunidad siguen siendo cautos ante el regreso de ORE. Hay quienes sostienen que participar en el juego de minería puede conllevar retornos negativos y que el beneficio real lo obtienen los poseedores de ORE. El mecanismo de minería es de suma cero: el SOL aportado por los mineros perdedores va íntegramente a los ganadores. Cuando más gente participa, el coste de minar (SOL invertido) aumenta notablemente.
Los mineros que “minan y venden al instante” asumen riesgos de volatilidad bajo la alta comisión de refinado. Los poseedores a largo plazo, en cambio, pueden compensar costes —y lograr ganancias netas— gracias a la comisión de refinado, recompensas de staking y la apreciación deflacionaria. Por ello, cada vez más usuarios prefieren mantener los tokens directamente en vez de minar activamente.





