En Web3, las tendencias del mercado suelen estar marcadas por la narrativa dominante. Así que, si te planteas invertir en un proyecto Web3, lo fundamental es entender la lógica que sustenta su historia.
Un aviso esencial: evita caer en conceptos anticuados y demandas artificiales.
El “ciclo narrativo” en Web3 avanza a una velocidad vertiginosa. Sectores que antes eran tendencia, como el Metaverso y GameFi, se han enfriado notablemente en los últimos dos años. Si sigues anclado en estos temas ya superados, tus probabilidades de lograr un éxito real con el proyecto serán mínimas.
Son aún más peligrosas las narrativas de “falsa demanda”, como “usar blockchain para mejorar la eficiencia de la entrega de desayunos” o “aplicar tecnología cuántica a la contabilidad personal”. Aunque suenen atractivas, no resuelven problemas reales de los usuarios. No son más que intentos de forzar la blockchain en situaciones irrelevantes, generando una demanda ficticia. Muchas estafas en Web3 se aprovechan de estas falsas narrativas. Tanto quienes se inician como los inversores deben estar alerta ante propuestas que reciclan historias de blockchain de moda. Como referencia, cada vez que te encuentres con la narrativa de un proyecto, pregúntate: “¿La tecnología tradicional lo haría de forma más eficiente que blockchain?” Si la respuesta es “sí”, probablemente estés ante una necesidad fabricada. Por ejemplo, “optimizar la entrega de desayunos con blockchain” podría resolverse simplemente añadiendo una función de reserva anticipada en una app de reparto. Dada la feroz competencia entre las principales plataformas de delivery, es más que probable que esa necesidad ni siquiera exista.
En Web3, el equipo es el motor de todo y, a menudo, una fuente de riesgo. La calidad del equipo principal de un proyecto determina su éxito o fracaso, así que la diligencia debida es imprescindible. Los riesgos más habituales de los equipos incluyen:
Equipos completamente anónimos: Emplean etiquetas como “desarrollador anónimo” o “equipo secreto”, pero no aportan ninguna verificación de identidad real. Estos proyectos tienen alto riesgo de estafa de salida. Por ejemplo, en 2023, un proyecto anónimo desapareció con más de 10 millones de dólares de usuarios apenas tres días después de su lanzamiento.
Falsificación de currículos: Los equipos aseguran que sus miembros “trabajaron en Google” o “contribuyeron al desarrollo principal de Ethereum”, pero no aparecen ni en LinkedIn ni en GitHub. Sus trayectorias profesionales no son verificables.
Fundadores ausentes: Los fundadores solo aparecen en el lanzamiento y después delegan la gestión de la comunidad y las actualizaciones al servicio de atención al cliente. A veces permanecen ilocalizables durante largos periodos.
Para una diligencia debida rigurosa, verifica la identidad de los miembros en LinkedIn, revisa los commits de código en GitHub (si el código clave nunca es público, desconfía de “proyectos fantasma”) y mantén un seguimiento continuo de la actividad de la comunidad. Si un fundador permanece inactivo en Discord, X u otras plataformas similares durante más de un mes, o elude preguntas sobre el avance del proyecto o el uso de fondos, lo mejor es retirarse.
El perfil de los inversores también es clave, pero no pienses que el “respaldo de un inversor de capital de riesgo famoso” garantiza seguridad. Muchos proyectos dudosos aprovechan este error de percepción:
Endosos pagados: Algunos proyectos afirman contar con un inversor de capital de riesgo destacado, cuando en realidad este solo ha invertido una suma pequeña (por ejemplo, 10 000 dólares), lo que equivale a promoción pagada.
Riesgo de sobrefinanciación: Si un proyecto recauda cantidades masivas (más de 100 millones de dólares) en su ronda seed con más de 20 inversores, las futuras decisiones podrían centrarse en los intereses del capital y no en el producto.
Inversores de capital de riesgo fantasma: Algunas supuestas “firmas de inversión Web3” no tienen historial público ni página web, y solo se asocian a proyectos para aprovechar la expectativa exagerada sin aportar financiación real.
En proyectos con financiación seed superior a 1 millón de dólares y varios inversores, los fundadores deben vigilar el uso de los fondos y estar atentos a posibles riesgos.
La tokenómica es el núcleo vital de cualquier proyecto Web3; si está mal diseñada, el proyecto puede desmoronarse rápidamente.
En proyectos que aún no han emitido tokens, fíjate en estos riesgos clave:
Distribución desequilibrada de tokens: Si el equipo y los inversores controlan más del 60 % de los tokens y el periodo de consolidación es corto (por ejemplo, el 50 % desbloqueado en el lanzamiento), podrían vender a gran escala, dejando desprotegidos a los usuarios. Elige proyectos donde la suma de “equipo + inversores” no sea excesiva y los periodos de consolidación sean largos para mayor estabilidad.
Falta de utilidad real: Los tokens deben tener un propósito claro, estrechamente ligado al producto. Si el token solo sirve para trading, y no para pagos, votaciones o incentivos del ecosistema, su valor no está respaldado. Se recomienda evitar este tipo de tokens.
Trampas de vapor tokens: Hay proyectos que emiten tokens solo con promesas ambiciosas en el libro blanco, sin producto real ni auditoría de contrato inteligente. Suelen ser esquemas de recaudación ilegal; mantente alejado.
En proyectos que ya han emitido tokens, desconfía de asignaciones a grupos que no contribuyen al crecimiento, como distribuir tokens a plataformas para generar expectativa exagerada sin apoyo real. Esto suele provocar eventos de generación de tokens fallidos y un rendimiento de precio débil, lo que implica un riesgo elevado.
Como señaló el abogado Liu Honglin de Mankun Law Firm en la cumbre global de blockchain del mes pasado: “La blockchain puede ser sin fronteras, pero cada usuario opera en una jurisdicción concreta”. Es decir, hay que cumplir la normativa local, y dado que la regulación de Web3 varía mucho según la región, la revisión de cumplimiento es esencial para cada proyecto.
Si un proyecto no está conforme a la regulación, podría enfrentarse a exclusiones, sanciones o incluso acciones legales contra los inversores. Cuando elijas proyectos, céntrate en estos puntos clave:
Claridad regulatoria: Desconfía de proyectos registrados en países sin regulación cripto que se dirigen a usuarios de regiones como EE. UU. o China, donde la supervisión es estricta. Si ignoran la normativa local (como los requisitos de KYC en EE. UU. o la prohibición cripto en China), los riesgos son elevados.
Riesgos de financiación ilegal: Cuidado con esquemas piramidales o proyectos tipo Ponzi que prometen “rendimientos garantizados de tokens” o pagan comisiones por referidos; suelen ser tapaderas para captar fondos de forma ilegal.
Problemas de propiedad intelectual: Si el libro blanco o la interfaz del producto de un proyecto está plagiado o utiliza propiedad intelectual reconocida sin permiso (como “NFTs de Marvel” o un “metaverso de Disney”), es probable que surjan litigios. Se recomienda evitar dichos proyectos.
Analizar proyectos Web3 es un proceso complejo y detallado que exige un enfoque multidimensional.
Solo una investigación rigurosa te permitirá valorar con precisión el potencial y los riesgos de un proyecto, evitar dejarte arrastrar por la expectativa exagerada y sentar unas bases sólidas para triunfar a largo plazo en Web3, tanto si empiezas como si eres fundador.





