Todo el oro en la Tierra está saliendo del subsuelo a una velocidad sin precedentes, y la cuenta atrás ya ha comenzado.

Los datos de la Agencia Geológica de EE. UU. (USGS) apuntan a una fría realidad: quedan aproximadamente 60,000 toneladas de oro que son técnicamente extraíbles en todo el mundo. Si mantenemos el ritmo actual de extracción, en menos de 20 años, todas las minas de oro conocidas estarán prácticamente "agotadas". No es una profecía alarmista, sino un panorama de realidad que se acerca cada vez más.

El antiguo líder mundial del oro, Sudáfrica, ha sido expulsado implacablemente de los diez principales productores de oro del mundo. Esto no es casualidad, sino un reflejo de la agotamiento de los recursos de las minas de oro a nivel global. Las minas ricas, de bajo costo y alta calidad, ya han sido totalmente explotadas. El campo de batalla del oro se ha trasladado a las selvas vírgenes de África Occidental y a áreas peligrosas con inestabilidad política. Allí, cada gramo de oro extraído conlleva enormes inversiones en infraestructura y riesgos políticos impredecibles.

Esto no es todo. La presión inflacionaria global y las cada vez más estrictas regulaciones ambientales son como dos cuerdas que aprietan la garganta de las empresas mineras. Tomemos como ejemplo a Australia, donde las empresas mineras deben completar la restauración ambiental, de lo contrario, ni siquiera podrán recuperar los enormes depósitos. El costo de extracción del oro está aumentando a un ritmo sin precedentes.

¿Ahora entiendes por qué los bancos centrales de todo el mundo han estado acumulando oro "como locos"? Porque saben mejor que nadie: los grandes yacimientos de oro recién descubiertos son cada vez más escasos, y el costo de extraerlo es cada vez más alto. En esta lucha final antes del agotamiento del oro, cada gramo de oro en mano está directamente relacionado con el peso de la riqueza futura y la influencia financiera.

La lucha por el oro a nivel global ya ha comenzado. ¿Y tú, elegirás seguir observando o actuarás?