¿Alguna vez has pensado en eso? Esos robots de limpieza que rondan tu casa podrían ser el principio del fin. Suena loco, ¿verdad? Pero aquí está la cosa: dale a las máquinas suficiente autonomía, suficiente capacidad de aprendizaje, y de repente ya no somos nosotros quienes tomamos las decisiones.

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