Muchas veces, esas dificultades que nos caen encima, en ese momento parecen ser mala suerte, pero tal vez son estas penas las que nos han esculpido en lo que somos ahora. De jóvenes siempre queríamos luchar contra el viento, atravesar las olas, ahora entiendo lo que significa actuar conforme a las circunstancias. Es como un puñado de tierra, el viento viene del este, lo nivela; el viento viene del oeste, nivela aquel. Lo que debe quedarse, se queda; lo que debe ser llevado, es llevado, todo es natural. Lo que se llama fuerte, no es más que alguien que parece fuerte a los ojos de los demás, pero él mismo, cuántas veces ha llorado abrazando la esquina de la manta por la noche, ¿quién lo sabe? Así que si puedo darte un consejo, es simplemente seguir viviendo. Ya sea que la postura se vea bien o no, si puedes superarlo, lo has superado. Ya sea que el pan al vapor sea redondo o la cima de la montaña sea puntiaguda, aquellos que saben mirar lo encuentran hermoso, esa es la forma de la vida. La gente es naturalmente esculpida y erosionada por el exterior hasta convertirse en lo que es hoy. No importa de dónde sople el viento, también agradezco esos golpes, ya que me han convertido en quien soy ahora.