Según informes de BiJie.com, el 19 de noviembre, el sistema monetario de EE. UU. enfrenta una nueva ronda de choques políticos. La confrontación entre Trump y La Reserva Federal (FED) ha pasado de un intercambio de palabras a una lucha real por el poder; intenta destituir al director Cook e introducir al consejero económico Milan en el FOMC, con el objetivo de crear una “supermayoría” que apoye una fuerte reducción de las tasas de interés. Varios economistas han señalado a través de modelos que, si la política monetaria es controlada políticamente, EE. UU. experimentará primero un corto período de crecimiento y baja desempleo, seguido de un aceleramiento de la inflación, un aumento de las tasas de interés nominales y consecuencias estructurales de desaceleración económica, resurgiendo el riesgo de estanflación de la década de 1970. El análisis también indica que las decisiones sobre las tasas de interés dominadas por los políticos a menudo están estrechamente vinculadas a los ciclos electorales; aunque el estímulo a corto plazo puede crear prosperidad aparente, el costo es la inflación fuera de control y un ajuste profundo posterior. Si Trump logra reconfigurar el consejo antes de 2026, la independencia de La Reserva Federal (FED) podría verse erosionada, y la posición de reserva del dólar y el costo de los préstamos a largo plazo también podrían ser revalorizados por el mercado. Según el analista de Bitunix: desde ejemplos históricos hasta las tácticas actuales, la estrategia de Trump apunta claramente a la intervención directa en la trayectoria de las tasas de interés; sus consecuencias no serán fluctuaciones a corto plazo, sino un descuento crediticio a nivel institucional. Si La Reserva Federal (FED) se ve obligada a cambiar drásticamente su postura antes de que la inflación esté bajo control, la economía estadounidense entrará en un ciclo típico de “primero prosperidad, luego estanflación”. Para el capital global, el verdadero riesgo no es Trump en sí, sino la pérdida de la última línea de defensa de la política monetaria estadounidense.
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Analista de Bitunix: Trump presiona a la Reserva Federal (FED), la economía de EE. UU. podría caer en un ciclo de estanflación.
Según informes de BiJie.com, el 19 de noviembre, el sistema monetario de EE. UU. enfrenta una nueva ronda de choques políticos. La confrontación entre Trump y La Reserva Federal (FED) ha pasado de un intercambio de palabras a una lucha real por el poder; intenta destituir al director Cook e introducir al consejero económico Milan en el FOMC, con el objetivo de crear una “supermayoría” que apoye una fuerte reducción de las tasas de interés. Varios economistas han señalado a través de modelos que, si la política monetaria es controlada políticamente, EE. UU. experimentará primero un corto período de crecimiento y baja desempleo, seguido de un aceleramiento de la inflación, un aumento de las tasas de interés nominales y consecuencias estructurales de desaceleración económica, resurgiendo el riesgo de estanflación de la década de 1970. El análisis también indica que las decisiones sobre las tasas de interés dominadas por los políticos a menudo están estrechamente vinculadas a los ciclos electorales; aunque el estímulo a corto plazo puede crear prosperidad aparente, el costo es la inflación fuera de control y un ajuste profundo posterior. Si Trump logra reconfigurar el consejo antes de 2026, la independencia de La Reserva Federal (FED) podría verse erosionada, y la posición de reserva del dólar y el costo de los préstamos a largo plazo también podrían ser revalorizados por el mercado. Según el analista de Bitunix: desde ejemplos históricos hasta las tácticas actuales, la estrategia de Trump apunta claramente a la intervención directa en la trayectoria de las tasas de interés; sus consecuencias no serán fluctuaciones a corto plazo, sino un descuento crediticio a nivel institucional. Si La Reserva Federal (FED) se ve obligada a cambiar drásticamente su postura antes de que la inflación esté bajo control, la economía estadounidense entrará en un ciclo típico de “primero prosperidad, luego estanflación”. Para el capital global, el verdadero riesgo no es Trump en sí, sino la pérdida de la última línea de defensa de la política monetaria estadounidense.