Para que el sistema financiero tradicional funcione realmente en la cadena, no basta con vender humo: primero hay que construir una base sólida. Hay un proyecto que precisamente se está encargando de abordar esa parte más dura de la infraestructura, abriendo la puerta para que el capital real y las instituciones entren con confianza.

No se limita a repetir el típico discurso de “más rápido y más barato”, sino que une activos financieros reales como bonos del Estado, créditos y fondos con capacidades blockchain como contratos inteligentes, liquidación cross-chain y clearing on-chain, creando un sistema financiero que realmente puede funcionar.

Lo más destacable es lo que están haciendo en el ámbito de RWA. Han colaborado directamente con OndoFinance, un protocolo especializado en tokenizar activos regulados, integrando stablecoins como USDY, que representan rendimientos de bonos del Estado, en su ecosistema. Y esto es mucho más que añadir otro token: la clave es conectar completamente la rentabilidad de los activos regulados con la liquidez on-chain. Puedes usarlos como garantía, crear estrategias, componer carteras de activos, y cada operación, desde la compra hasta la venta, queda registrada en la cadena, completamente auditable y sin posibilidad de manipulación.

Además, han diseñado el módulo RWA como un “motor de activos” reutilizable, que soporta funciones como el re-staking y la segunda capa de colateralización. Así, tu capital puede moverse varias veces dentro del marco regulatorio sin sacrificar transparencia ni eficiencia.

Este diseño encaja perfectamente con lo que buscan las instituciones: por un lado, los modelos de rentabilidad y lógica de gestión de riesgos que conocen; por otro, la eficiencia y composabilidad de DeFi. Ya no hay que elegir entre “cumplir las reglas” o “ser flexible”: aquí se puede tener ambos.