Mientras que otras Layer1 siguen compitiendo por captar usuarios minoristas, hay un proyecto que ya ha trasladado silenciosamente la partida a Wall Street.

En septiembre del año pasado, Pineapple Financial (código PAPL), una empresa cotizada en la Bolsa de Nueva York, sorprendió al invertir 100 millones de dólares en la creación de una bóveda de activos digitales, con un objetivo muy claro: acumular INJ. No es el típico enfoque de comprar y quedarse de brazos cruzados, sino que siguen una estrategia de mercado abierto a largo plazo, colaborando con grandes nombres como FalconX, Kraken y Canary Capital. Para noviembre, según datos de Blockworks Research, ya se había convertido en la mayor reserva de INJ negociada públicamente en todo el mundo. ¿No recuerda un poco a la estrategia de MicroStrategy acumulando Bitcoin en su día?

Lo más impresionante es que esto ha desencadenado una reacción en cadena. Varias gestoras de fondos de cobertura y oficinas familiares han empezado a copiar este modelo, creando sus propios “tesoros” de INJ. Algunos predicen que, para 2026, la cantidad de INJ en manos de instituciones podría superar una quinta parte del suministro total.

El movimiento en los ETF es aún más notable. Rex Shares, Osprey Funds y 21Shares ya han presentado ante la SEC solicitudes para ETF de INJ al contado y de staking, y tras el periodo de comentarios, podrían empezar a cotizar a finales de este año. Entonces, los titulares estadounidenses de cuentas de jubilación 401k e IRA podrán asignar INJ de forma regulada, sin tener que preocuparse por carteras o frases de recuperación.

Además, con el gigante japonés de las telecomunicaciones NTT Digital uniéndose a la red de validadores, los niveles de seguridad y la distribución de nodos de Injective ya cumplen los estándares institucionales. ¿El mercado minorista? Ese es el campo de batalla de otros.