Puede que no te lo creas, pero logré pasar de un capital inicial de 30.000 yuanes a 10 millones, y no fue gracias a información privilegiada ni a ningún talento especial. Solo utilicé un método sencillo: deshacerme de todas las cosas llamativas y enfocarme en una sola estructura.

La línea temporal es la siguiente: los dos primeros años, convertí los 30.000 en 1,2 millones poco a poco. En esa época cometía errores todos los días, y los tropiezos que tuve podrían dar la vuelta al mundo tres veces. El siguiente año, de 1,2 millones pasé a 6 millones, y la velocidad aumentó notablemente. En los últimos cinco meses, de 6 millones subí a 10 millones; fue entonces cuando realmente entendí lo que significa "despacio es rápido".

¿Adivina qué? Cuanto más rápido ganaba dinero en la última etapa, menos operaba. Suena contraintuitivo, ¿verdad? Pero la realidad es así de contundente.

Mi sistema es tan simple que asusta: solo me centro en la estructura en forma de N. Primero una subida vertical, luego una corrección diagonal para confirmar, y después otra subida vertical que rompe el máximo anterior. Si la estructura se forma, entro; si se deshace, salgo de inmediato. Stop loss fijo en 2%, objetivo de ganancia en 10%, y aunque la tasa de acierto sea solo del 35%, a largo plazo el interés compuesto sigue funcionando.

Muchos creen que esto es demasiado tonto; prefieren vigilar MACD, KDJ, bandas de Bollinger y un montón de indicadores, dibujar decenas de líneas de tendencia y estar atentos a todo tipo de noticias. ¿El resultado? Cuanto más compleja la operativa, más rápido pierden. Ahora solo dejo una media móvil de 20 días en mi gráfico, con un color muy tenue, para no distraerme.

Cada mañana a las 9:50 en punto abro el software de trading y echo un vistazo al gráfico de 4 horas. ¿No hay estructura válida? Apago y me voy. ¿Hay estructura? Pongo las órdenes de stop loss y take profit, y en cinco minutos termino. El resto del tiempo hago lo que me apetece: tomar café, pasear al perro, lo que sea.

El dinero que gano lo gestiono por fases. Cuando llegué a 1,2 millones, retiré los 30.000 iniciales para asegurar el capital; al alcanzar los 6 millones, retiré la mitad para invertir en fondos a plazo fijo; el resto sigue en el mercado. Así, aunque el mercado explote de repente, mi base sigue a salvo.

Ahora sigo tres reglas estrictas. Primera: nunca persigo subidas, siempre espero a que la estructura esté completamente formada antes de entrar. Segunda: nunca mantengo posiciones perdedoras, si se rompe el nivel, salgo sin dudar ni un segundo. Tercera: nunca me encariño con una operación, cuando gano lo suficiente, retiro las ganancias.

Al final, sobrevivir mucho tiempo en este mercado es más importante que correr rápido. Los que sueñan con hacerse ricos de la noche a la mañana suelen ser los que caen primero.