El año pasado conocí a un principiante que vino con 2000U diciendo que quería aprender algo de verdad. Sinceramente, en ese momento no le di demasiada importancia, pensé que sería otro que venía a probar suerte. Pero unos meses después, este tipo consiguió multiplicar su capital hasta 80.000U, y durante ese tiempo no tuvo ni una sola liquidación.

No digas todavía que fue cuestión de suerte. Hay una sola razón por la que pudo sobrevivir: su capacidad de ejecución era implacable; cumplió al pie de la letra esas normas que suenan sencillas pero que son muy difíciles de llevar a la práctica.

Primero, la gestión de la posición. Le dividí esos 2000U en tres partes: 660U para operativa a corto plazo, como mucho una operación al día, si no lo entiende, no entra; 660U para swing trading, solo entra cuando la tendencia está clara; los otros 660U quedan guardados como reserva. La última vez que el mercado cayó mucho, muchos lloraban y se lamentaban, pero en su cuenta no perdió ni un céntimo.

Luego, el momento de entrada. En el mundo cripto, la mayoría del tiempo es aburrido y monótono; estar mirando la pantalla todo el día solo hace que te entren más ganas de operar, y esa ansiedad lleva a abrir operaciones sin sentido. Entre comisiones y falsas oscilaciones, te puedes quedar sin beneficios. Le hice memorizar una frase: no intentes comerte todo el pescado, con el lomo basta. Si una posición gana más del 20%, cierra una parte y asegúrate esas ganancias; no luches contra el mercado. La semana pasada, en el movimiento de ZEC, lo pilló especialmente bien: capturó un 30% en la parte intermedia del movimiento y salió sin dudar.

Por último, la gestión emocional. Si pierde un 2%, corta inmediatamente. Si gana un 4%, reduce la posición. Al principio también le costaba, le dolía cortar pérdidas y temía ganar poco. Pero ahora, mirando atrás, esas reglas de hierro son su escudo.

Ayer, hablando con él, me dijo: ahora, cuando veo el mercado, estoy muy tranquilo, si hay que poner stop loss, lo hago, si hay que mantener la posición, también, ni el pulso se me acelera.

Este mercado nunca premia a los más listos, solo a los que respetan las reglas. Si todavía te dejas llevar por las emociones, si no puedes resistir la tentación ante la volatilidad y siempre sueñas con recuperarte de golpe, el mercado acabará contigo, solo es cuestión de tiempo.