Fitch acaba de publicar previsiones actualizadas que dibujan un panorama interesante para los mercados globales. Han recortado su previsión sobre el precio del petróleo a corto y medio plazo, mientras ajustan ligeramente las proyecciones del gas natural. Pero aquí viene la sorpresa: en realidad, han elevado ligeramente su previsión de PIB global.

¿Por qué este optimismo pese a la bajada de precios energéticos? Resulta que el crecimiento explosivo de la inversión en infraestructuras tecnológicas en EE. UU. está teniendo un gran impacto. El auge de la inversión en TI en Estados Unidos parece ser lo suficientemente fuerte como para amortiguar el golpe de la desaceleración económica en otros sectores.

Esto crea una dinámica curiosa. Un petróleo más barato implica menor presión inflacionaria y, potencialmente, costes operativos más bajos. Mientras tanto, el aumento de la inversión en tecnología sugiere que los grandes actores siguen apostando por el crecimiento futuro: exactamente el tipo de inversión con visión de futuro que suele correlacionarse con un mayor apetito por activos de riesgo.

Para quienes siguen las tendencias macroeconómicas, esta divergencia entre el enfriamiento de los mercados energéticos tradicionales y el auge de la infraestructura digital resulta bastante reveladora sobre hacia dónde está fluyendo el capital en estos momentos.