Recientemente ha ocurrido algo bastante interesante en el mundo de las criptomonedas: Larry Fink, el presidente de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, ha reconocido públicamente que fue un error oponerse a Bitcoin en su momento.

Este cambio de postura es realmente llamativo. En 2017, Fink llegó a calificar las criptomonedas como herramientas para el blanqueo de dinero y su actitud era muy contundente. ¿Y ahora? BlackRock no solo ha lanzado un ETF de Bitcoin al contado, sino que además lo ha convertido en el producto de su tipo más grande del mercado. Pasar de la resistencia a la apuesta total, es un giro de 180 grados.

Este cambio de actitud refleja, en realidad, la evolución de la tendencia dentro del sector financiero tradicional. Cuando las instituciones de primer nivel empiezan a invertir dinero real en criptoactivos, significa que el reconocimiento de la legitimidad de este mercado está aumentando. No es que la entrada de instituciones lo sea todo, pero al menos demuestra que este sector ya no puede ser ignorado por el sistema financiero tradicional.

Para los inversores particulares, se pueden observar varios puntos: primero, la postura de las grandes instituciones puede cambiar, lo que indica que el mercado sigue evolucionando y no hay que quedarse anclado en las opiniones de una época concreta. Segundo, los activos principales como Bitcoin o Ethereum, que los propios institucionales están incluyendo en sus carteras, pueden tener un valor a largo plazo más sólido. Tercero, la tendencia del sector es más importante que las opiniones individuales; seguir la dirección general es más fiable que perseguir modas pasajeras.

Este "reconocimiento de error" por parte de Fink no es tanto un revés como una muestra de la madurez creciente del sector. La frontera entre las finanzas tradicionales y el mundo cripto se está difuminando, y probablemente ese sea el dato más relevante. El mercado está en constante cambio; mantener la observación y el aprendizaje es más importante que cualquier otra cosa.