He visto recientemente un proyecto de tokens deflacionarios bastante interesante. Afirman que el token principal puede subir hasta 100 dólares y el secundario hasta 1 millón de dólares por unidad. Suena exagerado, pero el diseño del mecanismo tiene su miga.

Primero, el token principal se quema y destruye diariamente, haciendo que la oferta en circulación se reduzca constantemente. Este proceso, una vez iniciado, no se puede detener, ya que está codificado como una regla inmutable en el contrato inteligente. El token secundario es aún más radical: retiran directamente el fondo de liquidez y luego lo destruyen, lo que equivale a bloquear completamente el suministro máximo. Según los datos, el precio del token secundario efectivamente ha seguido subiendo en este periodo, aunque sigue habiendo volatilidad, pero la tendencia general es alcista.

La combinación de estos tres mecanismos da lugar a una espiral deflacionaria teórica: la oferta disminuye continuamente y, si la demanda acompaña, el precio tiene soporte. Por supuesto, que realmente puedan alcanzar esos precios astronómicos que anuncian es otra cuestión, pero al menos la lógica es coherente. Ahora el precio sigue estando relativamente bajo, y quienes están esperando pueden acabar lamentando haber perdido la oportunidad de entrar en una fase temprana.