La primera vez que pruebas el sabor del éxito suele ser el momento más peligroso.

El año pasado, un amigo mío empezó con un capital de 3000U y, siguiendo la tendencia del mercado, logró su primer gran beneficio: en una sola noche dobló su dinero hasta 6000U. A las tres de la madrugada me llamó, con la voz temblorosa: "¡Hermano, esto de ganar dinero es demasiado fácil!". Yo solo le dije: "No te emociones, la verdadera prueba viene después".

¿Y qué pasó? Al día siguiente no pudo contenerse. Vio en un grupo un rumor viral sobre una “moneda que se multiplicaría por cien” y metió directamente el 80% de su capital. En cuestión de diez minutos, el precio se desplomó y sus 6000U se redujeron al instante a 3300U. Estaba muy agobiado y me preguntó qué hacer. Solo le respondí con cuatro palabras: "Primero, no te asustes".

Tres meses después, este amigo hizo crecer su cuenta de 3300U a 90.000U. Pero su mayor cambio no fue aprender complejos indicadores técnicos, sino entender el peso de la palabra “mantenerse firme”. Mantenerse firme al ganar, mantenerse firme al perder.

Ahora su método es sencillo y directo: la posición inicial nunca supera el 15%, el stop loss por operación no pasa del 2%, y si llega al 5% de beneficio retira la mitad de las ganancias. Cuanto mayor es el saldo de su cuenta, más prudente es; cuanto más loco está el mercado, más pequeña es su posición.

Ha entendido una cosa: hay mucha gente que dobla su dinero, pero solo quienes realmente meten el beneficio en el bolsillo pueden considerarse ganadores.

He visto a demasiada gente, no porque les falte técnica, sino porque, justo después de ganar dinero, se dejan llevar por la euforia y lo devuelven todo. Esa media hora de euforia es más letal que cualquier análisis técnico.

Por eso yo siempre mantengo mi propio ritmo: entre 5 y 7 operaciones a la semana, puntos de entrada, stop loss y zonas de acumulación pensados de antemano.

Retiro beneficios a tiempo, el capital sigue trabajando y el beneficio tiene que ir al bolsillo. Cuando me noto emocional, cierro directamente la aplicación; es mejor perder una oportunidad que cometer un error y perder dinero.

Este método no te hará rico de la noche a la mañana, pero al menos garantiza que, cuando llegue el próximo invierno, seguirás teniendo fichas para seguir jugando.