Las expectativas de bajada de tipos en diciembre ya han sido llevadas al extremo por el mercado, con los datos de probabilidad disparándose por encima del 80%, pero tras esta euforia se esconden muchos riesgos.

Dentro de la Reserva Federal aún hay tensiones: es cierto que los datos de inflación han bajado, pero las señales de debilidad económica son cada vez más evidentes. En este escenario contradictorio, todas las previsiones se vuelven menos fiables. Lo más preocupante es que el S&P 500 está a punto de alcanzar el nivel clave de los 6900 puntos, y es probable que el efecto positivo de la bajada de tipos ya haya sido descontado con antelación. Si finalmente se confirma la medida, no es difícil imaginar un escenario en el que los beneficios se liquiden de forma masiva.

Hay otro fenómeno extraño que merece atención: a pesar de las fuertes expectativas de bajada de tipos, la rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo no baja, sino que sube. ¿A qué teme realmente el mercado? ¿A un posible repunte de la inflación? ¿O a que los problemas de deuda sean más graves de lo que parece?

En cuanto a la operativa, se recomienda vigilar de cerca la zona de los 6880 a 6900 puntos del S&P; si no se supera, el soporte podría bajar hasta la zona de los 6700. Una vez que se aclare la noticia sobre los tipos, es muy probable que los flujos de capital roten de las grandes tecnológicas hacia las small caps y las acciones de valor, por lo que conviene tener una estrategia preparada con antelación.

Otra pista que muchos han pasado por alto: las stablecoins están cambiando silenciosamente el panorama del mercado de bonos del Tesoro estadounidense. El volumen de bonos tokenizados ya ha superado los 7.400 millones de dólares, creciendo incluso más rápido que las stablecoins tradicionales. Gigantes financieros tradicionales como BlackRock y Fidelity ya han empezado a posicionarse.

El catalizador clave es la ley estadounidense “GENIUS Act”, que abre un canal regulatorio directo para las stablecoins. Esto significa que los bonos del Tesoro en blockchain dejan de ser un experimento marginal y se convierten en una nueva vía capaz de conectar realmente con el sistema financiero tradicional. La lógica de la rotación de capital podría acelerarse más de lo que muchos imaginan.