Parece que este sector ha entrado en un círculo vicioso.

Los recursos principales están firmemente controlados por unos pocos y no llegan en absoluto a los usuarios comunes. Una vez que el equilibrio de la equidad se rompe, te das cuenta de que siempre son las mismas caras conocidas las que aparecen en escena, con los mismos trucos, los mismos discursos y los mismos personajes; por muy atractiva que sea la narrativa, cuando la escuchas demasiado solo queda la fatiga estética.

Lo más irónico es que quienes realmente crean contenido no reciben dinero, los que invierten en publicidad no ven resultados claros, y solo ese grupo intermedio que especula es el que se llena los bolsillos año tras año.

Es en este ecosistema tan distorsionado donde algunos proyectos han empezado a tomar medidas. Por ejemplo, POPOLOGY Network quiere redefinir la lógica de distribución del tráfico y el valor: permitir que creadores, usuarios y proveedores de recursos encuentren su lugar en la cadena, en vez de seguir siendo explotados por plataformas centralizadas.

Aún es pronto para decir si lo conseguirán, pero al menos han elegido el camino correcto.