¿Adquirir a un gigante del transporte compartido? Eso es perder de vista el panorama general. Millones de vehículos autónomos ya están posicionados para formar una red de doble capa: unidades operadas por la plataforma funcionando junto a coches aportados por sus propietarios. Imagínalo: la flexibilidad entre pares de una plataforma de alojamiento combinada con la eficiencia bajo demanda de los servicios de movilidad. No se trata de comprar infraestructuras cuando puedes orquestar una flota descentralizada.
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¿Adquirir a un gigante del transporte compartido? Eso es perder de vista el panorama general. Millones de vehículos autónomos ya están posicionados para formar una red de doble capa: unidades operadas por la plataforma funcionando junto a coches aportados por sus propietarios. Imagínalo: la flexibilidad entre pares de una plataforma de alojamiento combinada con la eficiencia bajo demanda de los servicios de movilidad. No se trata de comprar infraestructuras cuando puedes orquestar una flota descentralizada.