Q1 podría esconder una oportunidad.

Recientemente, el nuevo presidente de la SEC, Paul S. Atkins, insinuó en la CNBC que ese tan esperado marco de exención innovadora podría ver la luz oficialmente en aproximadamente un mes. Antes se retrasó por el cierre del gobierno, pero ahora que todo vuelve a funcionar, los reguladores están ajustando su actitud y ya no muestran esa postura de reprimir todo lo relacionado con crypto.

Atkins también destacó que en el primer trimestre se implementarán una serie de nuevas políticas específicamente diseñadas para mejorar el entorno regulatorio de los activos cripto. Este ritmo resulta familiar: ETF de cadenas públicas, legalización de altcoins... Estos temas realmente podrían empezar a moverse.

La intención de EE. UU. de flexibilizar las normas esta vez es bastante clara. Es posible que el sector de altcoins experimente una ventana de rebote. No me atrevo a decir que viviremos otra “temporada de altcoins”, pero la probabilidad de una subida a corto plazo no es baja.

Las altcoins realmente han caído muchísimo últimamente; muchos activos están tan sobrevendidos que nadie les presta atención. Por eso, estos dos meses pueden ser un buen periodo de observación: normalmente, cuando la mayoría está indecisa o pesimista, es el momento de posicionarse. Cuando todo el mundo empieza a hablar de subidas, probablemente sea la señal de retirada.

El mercado siempre funciona así: el final del pánico colectivo suele esconder un punto de inflexión; el clímax de la euforia colectiva, normalmente trae riesgos. Si realmente se implementan esas políticas en Q1, esos activos olvidados podrían comportarse de manera diferente.