La gente que sale de Wall Street suele ser la que mejor sabe cómo volcar la mesa de Wall Street.

Dos ex directivos de gestoras de activos de un billón de dólares, que lideraron uno de los proyectos de ETF de Bitcoin más exitosos de la historia. Deberían haber seguido cosechando gloria bajo los focos, pero eligieron salir de escena. No para jubilarse, sino para lanzarse a por algo aún más grande.

La oportunidad que han identificado es sencilla y contundente: trasladar todo el mercado bursátil a la blockchain. Piénsalo: miles de millones de personas en todo el mundo quieren comprar acciones de Apple o Tesla, pero o bien están limitadas por los horarios de negociación (si el mercado estadounidense está cerrado, solo puedes esperar), o bien se ven frenadas por los requisitos para abrir cuenta. Las normas de los brókers tradicionales son demasiadas, y la gente común no puede ni empezar a jugar.

¿Cuál es la solución de estos dos? Una plataforma de negociación de acciones en la cadena, operativa 24/7, tan fluida como comprar o vender Bitcoin en un gran exchange. No necesitas entender nada de claves privadas o comisiones de gas, basta con registrarse con tu email para empezar, y la experiencia de usuario está al nivel de las aplicaciones de los principales brókers.

Uno de los protagonistas, Kevin, lo explica claramente: “Nuestros verdaderos rivales no son los exchanges descentralizados, sino los brókers tradicionales. Queremos utilizar la tecnología base de Web3 para crear una experiencia de usuario al nivel de Web2”.

Pero lo más agresivo es su estrategia de mercado. No tienen prisa por morder el hueso duro de Estados Unidos; primero van a por el sudeste asiático y Latinoamérica. Allí la gente desea con más ganas acceder a los activos de Wall Street, pero es donde más alto es el muro de las finanzas tradicionales. La regulación es más flexible y la demanda está en auge, es el campo de pruebas perfecto.

¿Por qué se atreven con esto? Porque dominan a la perfección ambos juegos. La gestión tradicional de dividendos, splits y control de riesgos la aprendieron en BlackRock; la descentralización, el trading 24/7 y la transparencia on-chain, son el terreno que acaban de validar. Han trabajado en los dos mundos y saben cómo coser cumplimiento normativo e innovación.

Si esto sale bien, no solo cambiará el mundo cripto. Todo el modelo de negocio de los brókers tradicionales tendrá que replantearse: cuando operar acciones sea tan fácil y ubicuo como enviar un WhatsApp, ¿quién querrá seguir atado por horarios y fronteras?