La verdad es que cuando dejé mi trabajo para dedicarme a operar a tiempo completo, probé todos los indicadores llamativos, bots y comunidades de pago que había. ¿El resultado? El saldo de mi cuenta caía más rápido que el precio de las criptos. Luego eliminé todas las operaciones complejas y solo me quedé con cuatro pasos más simples que el mecanismo de un chupete. Desde 2022 empecé a ganar de forma constante y ya llevo acumulado un beneficio de seis cifras.

No hay ningún secreto en esto, todo depende de si eres capaz de ejecutar a rajatabla.

**Primero, cómo elegir las monedas**. Solo me fijo en los tokens que han salido en la lista de mayores subidas en los últimos 11 días: si una moneda no tiene hype, los grandes no la tocan. Luego descarto directamente las que llevan tres días de velas rojas seguidos; eso suele significar que los grandes se han ido y los minoristas son los que recogen el marrón. Tras dos filtros, mi watchlist se queda en 20 o 30 monedas, sencillo y eficiente.

**Después, analizar la tendencia**. Paso al gráfico mensual y me fijo en el MACD: si hay cruce dorado, entro; si no, espero. No me preocupan las “grandes oportunidades para comprar en el suelo”; los rebotes en mercado bajista no me interesan. Este filtro elimina el 70% de los candidatos, pero la tasa de acierto se dispara. Los expertos no predicen el mercado, solo se suben al tren cuando sopla el viento a favor.

**El punto de entrada es aún más fácil**. Cuando el precio toca por primera vez la media móvil de 60 días en gráfico diario y hay volumen, esa es la única señal de entrada. ¿Cómo calculo la posición? Retrocedo desde un stop loss del 5% para asegurar que cada operación arriesgue menos del 2% del total del capital. No busco suelos, ni persigo las subidas, ni me adelanto: “Solo entro cuando hay volumen sobre la media, el resto del tiempo mi cuenta descansa”. Así de simple, pero elimina el 90% de las operaciones perdedoras.

**La venta es donde más se ve la psicología**. Si sube un 30%, vendo un tercio; si sube un 50%, vendo otro tercio; el resto lo dejo con la “línea de vida” en la media de 60 días en gráfico diario: si la rompe al cierre, vendo todo. Si baja la recompro, pero si liquido la cuenta, estoy fuera. Tengo un post-it al lado del software de trading: “El capital es cien veces más importante que las ganancias”. Lo leo tres veces cada día.

Tres reglas más: nunca tener más de 3 monedas en cartera al mismo tiempo, para evitar cisnes negros; si la caída mensual supera el 6%, apago todo y me voy de vacaciones; y cada año convierto el 50% de las ganancias en stablecoins o fiat, no devuelvo todo lo ganado en bull market.

En este sector, sobrevivir no depende de ser el más listo, sino de aceptar las pérdidas como parte del juego. La estrategia puede ser simple, pero la ejecución tiene que ser implacable.