El 13 de enero de 2025, el Índice del Dólar estadounidense (DXY) alcanzó un máximo anual de 110.209 puntos en 2025, marcando lo que finalmente se convirtió en el pico del dólar. Esa semana, el índice cayó un 0,21%, ocurriendo justo siete días después de la toma de posesión del presidente Trump, y este movimiento señaló efectivamente el comienzo de una tendencia bajista sostenida.
Es importante señalar que incluso antes de que Trump asumiera el cargo, el DXY había estado rondando el nivel de 110 puntos y fallaba consistentemente en romper al alza. Ya eran evidentes signos de debilidad subyacente, en gran parte debido a que los mercados estaban valorando futuros recortes de tasas de la Fed y a los esfuerzos crecientes de desdolarización por parte de bancos centrales globales.
Hasta ahora, el DXY ha caído un 11,01% en lo que va de año, a pesar de un sólido crecimiento del PIB de EE. UU. en el tercer trimestre de 2025 del 4,3%. Esta divergencia plantea una pregunta clave: ¿por qué se está debilitando el dólar a pesar de datos económicos sólidos?
Los principales impulsores incluyen:
-Expectativas de recortes de tasas: Los mercados siguen valorando recortes de tasas de la Fed, limitando la subida del dólar incluso con datos de crecimiento sólidos. Aunque las expectativas apuntan a dos recortes en 2026, la orientación futura ya ha pesado sobre la moneda.
-Rotación global de riesgo-on: La mejora del crecimiento global y las condiciones más fuertes en los mercados emergentes están fomentando flujos de capital hacia activos de mayor beta en detrimento del dólar.
-Desdolarización y diversificación de reservas: Los bancos centrales están aumentando gradualmente las asignaciones a oro y monedas no USD, reduciendo estructuralmente la demanda del dólar.
-Expansión de liquidez renovada: La Fed ha detenido el endurecimiento y ha reanudado la expansión del balance, aumentando efectivamente la liquidez en dólares desde diciembre de 2025, lo que presiona naturalmente la moneda.
-Miedo en Japón: La debilidad continua del yen japonés ha obligado a Japón a vender bonos del Tesoro de EE. UU. para defender su moneda, añadiendo presión a la demanda de UST y afectando indirectamente al dólar.
De cara al futuro, el mínimo anual de 2025 es un nivel crítico para el DXY. Una ruptura decisiva por debajo de este nivel podría ser brutal para la confianza en el USD y reforzar la estructura bajista a largo plazo.
Ni siquiera he terminado, estate atento a la parte 2 En resumen: Este es un índice que todos deben seguir de cerca.
#NFA
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El 13 de enero de 2025, el Índice del Dólar estadounidense (DXY) alcanzó un máximo anual de 110.209 puntos en 2025, marcando lo que finalmente se convirtió en el pico del dólar. Esa semana, el índice cayó un 0,21%, ocurriendo justo siete días después de la toma de posesión del presidente Trump, y este movimiento señaló efectivamente el comienzo de una tendencia bajista sostenida.
Es importante señalar que incluso antes de que Trump asumiera el cargo, el DXY había estado rondando el nivel de 110 puntos y fallaba consistentemente en romper al alza. Ya eran evidentes signos de debilidad subyacente, en gran parte debido a que los mercados estaban valorando futuros recortes de tasas de la Fed y a los esfuerzos crecientes de desdolarización por parte de bancos centrales globales.
Hasta ahora, el DXY ha caído un 11,01% en lo que va de año, a pesar de un sólido crecimiento del PIB de EE. UU. en el tercer trimestre de 2025 del 4,3%. Esta divergencia plantea una pregunta clave: ¿por qué se está debilitando el dólar a pesar de datos económicos sólidos?
Los principales impulsores incluyen:
-Expectativas de recortes de tasas: Los mercados siguen valorando recortes de tasas de la Fed, limitando la subida del dólar incluso con datos de crecimiento sólidos. Aunque las expectativas apuntan a dos recortes en 2026, la orientación futura ya ha pesado sobre la moneda.
-Rotación global de riesgo-on: La mejora del crecimiento global y las condiciones más fuertes en los mercados emergentes están fomentando flujos de capital hacia activos de mayor beta en detrimento del dólar.
-Desdolarización y diversificación de reservas: Los bancos centrales están aumentando gradualmente las asignaciones a oro y monedas no USD, reduciendo estructuralmente la demanda del dólar.
-Expansión de liquidez renovada: La Fed ha detenido el endurecimiento y ha reanudado la expansión del balance, aumentando efectivamente la liquidez en dólares desde diciembre de 2025, lo que presiona naturalmente la moneda.
-Miedo en Japón: La debilidad continua del yen japonés ha obligado a Japón a vender bonos del Tesoro de EE. UU. para defender su moneda, añadiendo presión a la demanda de UST y afectando indirectamente al dólar.
De cara al futuro, el mínimo anual de 2025 es un nivel crítico para el DXY. Una ruptura decisiva por debajo de este nivel podría ser brutal para la confianza en el USD y reforzar la estructura bajista a largo plazo.
Ni siquiera he terminado, estate atento a la parte 2
En resumen: Este es un índice que todos deben seguir de cerca.
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