El negocio de la exploración espacial comercial en realidad es muy simple: cómo ganar dinero con bajos costos. Pero detrás de esta simplicidad, hay muchos obstáculos que superar. Tener más satélites en órbita baja no sirve de mucho; lo importante es si se puede establecer un ciclo comercial sostenible. Actualmente, la industria está discutiendo un concepto que está ganando popularidad: la potencia de cálculo espacial. ¿Por qué? Porque aborda directamente dos puntos críticos. Primero, el costo: los gastos operativos en el espacio son solo 1/12 de los de la superficie terrestre; segundo, las limitaciones en aplicaciones, como la dificultad en la transmisión de datos y la insuficiencia de potencia de cálculo, que se resuelven de inmediato. De esta manera, toda la lógica comercial se reescribe. ¿Cuáles son las dos patas que sostienen esta lógica? Cohetes reutilizables e infraestructura de lanzamiento. Con estas dos cosas, "más lanzamientos, más ahorro" puede pasar de ser un lema a una realidad. Las instituciones estiman que para 2030, este mercado alcanzará los 85 mil millones, y esto no es una fantasía, sino una consecuencia inevitable de lanzamientos de bajo costo combinados con aplicaciones de alto valor. El momento actual es crucial: las políticas se están flexibilizando, la tecnología está logrando avances y el capital está concentrándose. En esta ventana de oportunidad, los cohetes comerciales y las cargas útiles satelitales, como los componentes clave de la cadena industrial, serán los primeros en beneficiarse del desarrollo a escala. Esta es una oportunidad que vale la pena seguir a largo plazo.