La última votación de Aave DAO ha generado un intenso debate en la industria. Detrás del 55% de votos en contra, se refleja una realidad incómoda que ha existido durante mucho tiempo en el ecosistema DeFi: la comunidad a menudo carece de preparación y confianza real para tomar decisiones importantes.

Muchos entienden la "descentralización" de manera demasiado simple, como si fuera simplemente dar voz a todos. Pero la realidad es mucho más compleja. Tomando como ejemplo protocolos DeFi líderes como Aave, desde sus primeros días, el poder de decisión central todavía residía en el equipo del proyecto y en los grandes poseedores de tokens. Los participantes comunes estaban acostumbrados a seguir, y cuando de repente se les pide que tomen decisiones por sí mismos, naturalmente sienten duda. Es como alguien que ha dependido durante mucho tiempo de orientación externa y de repente se le coloca en la posición de tomar decisiones; su primera reacción no suele ser actuar con iniciativa, sino mostrarse cauteloso.

El problema más profundo radica en que la gobernanza descentralizada de DeFi carece de mecanismos de respaldo para asumir riesgos. Tomando como ejemplo la gestión de activos de marca en esta ocasión, a simple vista parece que se devuelve el poder a la comunidad, pero en realidad, la comunidad debe asumir una serie de responsabilidades como la operación de la marca, la gestión de la opinión pública, los costos del equipo, entre otros—sin embargo, en la propuesta no se especifica claramente quién asume estos costos ni cómo se distribuyen las responsabilidades. Sin un respaldo claro ante riesgos, la comunidad naturalmente optará por la prudencia. Esto no es una verdadera descentralización con poder compartido, sino más bien un traslado de cargas.

En comparación, algunos protocolos con una gobernanza relativamente madura han logrado impulsar la participación comunitaria estableciendo estructuras de incentivos y distribución de riesgos claras. Esto les da a los participantes suficiente confianza y seguridad, permitiendo que la descentralización pase de ser solo un lema a una acción concreta.