Recientemente, he desarrollado un marco sobre la adecuación producto-mercado (PMF). La verdad es que esto va mucho más allá del ámbito del emprendimiento en sí.

Muchas personas consideran el PMF como la línea de vida o muerte para seguir adelante, pero si profundizas, en esencia es un sistema de retroalimentación que combate el autoengaño. La lógica es muy simple pero fácil de pasar por alto:

Paso uno, debes conocerte a ti mismo: quién eres realmente, cuáles son tus ventajas, cuáles son tus límites de conocimiento. La gran mayoría se queda en este paso, con una brecha enorme entre su autoimagen y sus habilidades reales.

Paso dos, deja que la realidad te golpee en la cara. No cómo imaginas que debería ser, sino cómo realmente reaccionan los usuarios y qué datos reales te devuelven. Este paso es el más difícil, porque implica abandonar las obsesiones.

Paso tres, ajusta en función de la retroalimentación. No ser terco ni cambiar constantemente, sino iterar con principios.

Si puedes aplicar esta lógica en la planificación profesional y las decisiones de vida, podrás evitar malgastar tiempo en direcciones equivocadas.