El mercado de criptomonedas se ha convertido en algo salvaje—ahora realmente puedes apostar por casi cualquier cosa. Desde mercados de predicción que te permiten apostar en resultados electorales hasta protocolos de derivados que ofrecen apalancamiento en altcoins poco conocidas, el panorama se ha vuelto absurdamente diverso. Plataformas DEX, futuros perpetuos, mercados de opciones... cada semana hay una nueva forma de expresar una opinión de mercado. Algunos lo ven como una innovación financiera. Otros se preocupan por los riesgos. De cualquier manera, la infraestructura de apuestas sigue expandiéndose. Lo que comenzó como un simple comercio spot en exchanges centralizados se ha fragmentado en mil sabores diferentes. La barrera de entrada sigue bajando, los instrumentos siguen multiplicándose. Tiempos salvajes.