He estado en la industria de activos digitales durante 5 años. Durante este tiempo, una cosa se ha vuelto claramente evidente. Los inversores que juzgan solo por la apariencia, como la autoridad o asociaciones misteriosas, tienden a fracasar de manera generalizada.

Lo interesante es que la duración de la experiencia casi no tiene relación. A partir de los 3 meses, las diferencias prácticas son casi inexistentes. De hecho, hay personas que, incluso después de 10 años, han detenido su crecimiento, mientras que otras, en su primer año, acumulan beneficios de manera constante.

Lo que se percibe entonces es que hay puntos en común entre los que tienen éxito y las comunidades a las que pertenecen. Ellos seleccionan cuidadosamente sus fuentes de información, toman decisiones basadas en resultados y se mueven con datos de mercado en tiempo real. Es decir, a qué comunidad pertenecen puede influir significativamente en su éxito o fracaso.