Últimamente he pensado en una cosa. Para inversores comunes como nosotros, en términos de velocidad y rendimiento de las transacciones, casi no hay ventajas.

¿Y por qué? Porque la velocidad de la orden no solo depende de qué tan rápido se ejecuta el programa, sino que también está influenciada por factores como la latencia de la red y el nivel de la cuenta. Muchas plataformas de intercambio establecen intencionadamente retrasos en las cuentas normales, otorgando solo a las cuentas VIP o de nivel especial permisos para priorizar la coincidencia de órdenes.

De esta manera, ciertos operadores pueden aprovechar esta diferencia de velocidad para hacer arbitraje — a esto generalmente le llamamos arbitraje por retraso. En pocas palabras, es aprovechar la ventaja en la velocidad de ejecución que proporciona el nivel de la cuenta para realizar transacciones anticipadas durante la volatilidad del mercado y obtener beneficios. Para la mayoría de los inversores minoristas, estas reglas del juego en sí mismas no son muy justas.