Hay un fenómeno que vale la pena analizar: la intensidad de la expansión monetaria de los bancos centrales mundiales esta semana casi no se detiene, pero el mercado de criptomonedas en cambio se ha contraído.

Los datos de esta semana parecen exagerados: se inyectaron 8627 mil millones de yuanes en el mercado chino, la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro gastaron casi 900 mil millones de dólares juntos —este nivel de liberación de liquidez debería al menos generar algunas ondas en el ámbito de las criptomonedas. ¿Y qué pasó? Bitcoin cayó un 6.6%, Ethereum cayó un 12.32%, simplemente no lograron seguir el ritmo de esta ola de expansión.

Lo más doloroso es la acción de las instituciones. El ETF de Ethereum de BlackRock registró una salida neta de 627.5 millones de dólares en diciembre, lo que indica que los inversores institucionales están muy enfocados en la protección contra riesgos en este momento. Al mismo tiempo, Solana, aunque todavía lidera en el ecosistema, vio su cuota de mercado caer de 38.79% a 26.79%, una reducción de 12 puntos porcentuales en un solo golpe. El índice de miedo y avaricia lleva ya 8 semanas consecutivas en la zona de miedo, un período más largo que el desplome de abril de este año —todos estos signos, en conjunto, transmiten una señal de advertencia bastante clara.

Y si miramos el rendimiento de los activos en 2025, la situación se vuelve aún más interesante: la plata subió un 165%, el oro un 72%, el Nasdaq un 22%, mientras que Bitcoin cayó un 6.6% y Ethereum un 12.32%. Detrás de esta desconexión, probablemente hay dos explicaciones: o hay riesgos en el mercado de criptomonedas que aún no se han revelado, o se trata de una rotación clásica de liquidez —el dinero primero va a buscar activos considerados "seguros + rentables" como el oro y la plata, y luego se dirige a las acciones, dejando a los activos digitales siempre en último lugar.