Muchos preguntan por qué siempre fallan en seguir el ritmo—cuando una cadena está enloqueciendo, ellos están trabajando en otra cadena sin darse cuenta. En realidad, esto no es tan complicado.

Con solo mirar el mercado de este año, se entiende. Cada vez que un exchange líder lanza una nueva función, se inicia una ola de mercado en la cadena. En marzo, lanzaron una nueva plataforma y, a partir de ahí, una moneda específica se volvió excepcionalmente popular; en octubre, lanzaron una función de billetera y otra ronda de impulso. Entre medio, hay todo tipo de noticias de actualidad—cuentas de Twitter hackeadas, anuncios oficiales, etc.—cada una logra activar con precisión el estado de ánimo del mercado. ¿Casualidad? No, hay una lógica detrás.

Los inversores minoristas tienen una percepción errónea: creen que un mercado alcista es el resultado de una evolución natural del mercado. Están equivocados. La capacidad de una cadena para iniciar un mercado no depende del número de inversores minoristas, sino de la concentración de fondos. Esto determina la profundidad, el sentimiento y la tendencia final. La realidad es que—las plataformas necesitan un mercado alcista, por eso lo crean. No es que tú quieras ganar dinero en una cadena específica, sino que los fondos deciden a dónde tienes que ir.

La esencia del mercado primario se reduce a dos palabras: seguir el dinero. ¿Quién tiene la capacidad de dirigir el flujo? Los minoristas no, los KOLs tampoco, solo los exchanges, los grandes jugadores en la cadena y los principales market makers tienen ese poder. Donde concentren fondos y liquidez, allí estará el foco. Cuando hay entrada de fondos, hay profundidad en las transacciones, hay un sentimiento colectivo, y la historia se forma naturalmente, junto con la tendencia.