Las presiones recientes en el mercado de criptomonedas no solo provienen de la Reserva Federal, sino que las acciones del Banco de Japón también merecen atención. La autoridad monetaria acaba de elevar las tasas de interés a un máximo de 30 años del 0.75%, y este movimiento podría tener un impacto en Bitcoin mayor de lo que muchos imaginan.

Veamos primero el poder de este paso en Japón. Muchas personas no están muy familiarizadas con la posición del capital japonés en el panorama financiero global, especialmente en el ámbito de las criptomonedas. Como tenedores a largo plazo de Bitcoin, las acciones de las instituciones japonesas suelen influir en el mercado. Basta con revisar los registros históricos para entenderlo: en los últimos treinta años, cada vez que la tasa de interés del banco central supera el 0.5%, Bitcoin ha experimentado una corrección, con una caída promedio de alrededor del 15%, llegando incluso al 23% en los peores casos. La razón no es complicada: un aumento en las tasas eleva el valor del yen, lo que lleva a los inversores institucionales a retirar fondos del extranjero, y las criptomonedas naturalmente también se ven afectadas. Ahora que la tasa ha subido a 0.75%, es como si se hubiera lanzado un "aviso de retirada" a estas instituciones, y la presión de venta que puede seguir es realmente inquietante.

Pero la Reserva Federal está en una situación aún más absurda. Por un lado, está inyectando liquidez — en solo diez días después de terminar la QT, han añadido 38 mil millones de dólares; por otro lado, están retirando dinero a través de operaciones de recompra inversa, cuyo volumen nocturno en 18 de diciembre alcanzó directamente los 10.361 mil millones de dólares. Este tipo de operaciones de "mano izquierda entra, mano derecha sale" son incomprensibles incluso para los operadores del mercado. Algunos dicen que esto es más absurdo que hacer long y short al mismo tiempo, simplemente es gastar dinero para entorpecer al mercado.

La combinación de estas dos presiones hace que el panorama de la temporada navideña no sea muy prometedor. El mercado enfrenta no solo un riesgo único, sino una presión multidimensional. La estrategia más sensata en este momento es mantenerse alerta, gestionar bien las posiciones y no dejarse sorprender por esta ola de "doble golpe".