¡La conspiración de Wall Street! La "desdolarización" se asemeja más a un lavado de ojos cuidadosamente envuelto en liquidez.

Los medios financieros globales han amplificado el pánico por el “desalojo de bonos del Tesoro estadounidense por parte de China”, pero los datos de TIC revelan la verdad: mientras que las Tenencias de China han caído a 759 mil millones de dólares, las Tenencias de Bélgica han alcanzado un nuevo récord de 468.4 mil millones, formando un espejo perfecto. El total de bonos del Tesoro global alcanza los 9.2 billones, estableciendo un segundo récord; lo que realmente está ocurriendo es un cambio de compradores: los Bancos Centrales se retiran, las monedas estables y los fondos de cobertura ingresan de manera frenética, y el capital persigue un rendimiento alto del 4.5% que supera con creces las consideraciones geopolíticas.

El misterio de 468.400 millones de dólares de Bélgica: la perfecta cobertura de la custodia offshore

去美元化

Si mueves la vista de Pekín a Bruselas, descubrirás un valor anómalo extremadamente grande en el mapa financiero global. La tenencia de bonos del Tesoro de EE.UU. en Bélgica ha aumentado misteriosamente a un récord histórico de 468,400 millones de dólares, pero el PIB nacional de Bélgica es de solo 580,000 millones de dólares. Esto significa que, si esto representa una inversión nacional real, casi cada belga ha prestado el 80% de la producción económica del país al gobierno de EE.UU., lo cual es absolutamente absurdo desde el sentido común económico.

La verdad es una sola: Bélgica no es el comprador final, es una estación intermedia. Aquí se encuentra Euroclear, una de las mayores instituciones de custodia de valores del mundo. Para eludir los riesgos geopolíticos potenciales (en referencia al precedente de los activos rusos congelados) y mejorar la confidencialidad de las transacciones, China no ha “vendido” realmente deuda estadounidense, sino que ha realizado una “migración de custodia offshore” estratégica.

Los datos presentan una correlación negativa casi perfecta: en los últimos siete trimestres, cada vez que la cantidad poseída por China disminuía drásticamente, casi mecánicamente correspondía a un aumento equivalente en la cantidad poseída por Bélgica. Esto no puede ser una coincidencia desde un punto de vista estadístico, y prueba de manera intuitiva que no se trata de una salida de capital, sino de una transferencia física de activos en el libro mayor. La exposición real de China al dólar se ha mantenido prácticamente constante, y la desdolarización se asemeja más a un truco visual cuidadosamente orquestado.

Reino Unido, como otro centro offshore clave, vio cómo su tenencia se disparó a 877.9 mil millones de dólares, casi igualando la tenencia directa de China. Las tenencias de fondos de cobertura en las Islas Caimán alcanzaron los 418.9 mil millones de dólares. Este “intercambio” no es casualidad, sino una prueba concreta del flujo de capital hacia los refugios offshore. La deficiencia institucional del informe TIC radica en que solo puede rastrear el país del tenedor nominal, sin poder penetrar en las complejas cadenas de custodia, lo que proporciona una perfecta neblina de datos para la narrativa de la desdolarización.

Trampa de valoración y la doble verdad del cambio masivo de compradores

El informe TIC muestra el “valor de mercado” y no la “cantidad”. Cuando el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años alcance nuevamente entre el 4.5% y el 4.8% a principios de 2025, los precios de los bonos existentes se reducirán drásticamente. Se estima que alrededor de la mitad de la disminución en las tenencias de China se debe a esta “reducción pasiva” bajo estas normas contables, y no a ventas activas. Este efecto de valoración se amplifica sistemáticamente en un entorno de altas tasas de interés, creando una gran ilusión de reducción en los libros.

Un cambio estructural más profundo radica en la transformación dramática de la identidad de los compradores. A mediados de 2025, los inversores extranjeros poseerán un total de 9.2 billones de dólares en bonos del gobierno de EE. UU., alcanzando un segundo máximo histórico, y es muy probable que superen la barrera de los 10 billones antes de 2026. Pero la estructura de compradores se ha revertido por completo: las instituciones oficiales extranjeras (Banco Central) han mantenido su participación estancada en 3.8 billones de dólares, mientras que la cantidad de acciones de los inversores privados extranjeros se ha disparado a 5.24 billones de dólares, alcanzando una participación del 57%.

Tres grandes fuerzas de nuevos compradores emergen

Emisores de moneda estable se convierten en grandes ballenas: Tether (USDT) y Circle (USDC) poseen una cantidad de deuda pública estadounidense que las coloca como el séptimo mayor poseedor a nivel mundial, superando a países soberanos como Alemania, Corea del Sur y Noruega, generando una demanda rígida por los bonos a corto plazo del Tesoro estadounidense (T-Bills).

Repatriación de seguros de vida en Japón: El Banco Central de Japón continúa subiendo las tasas de interés, el rendimiento de los bonos a 10 años japoneses supera el 1%. Instituciones como las aseguradoras de vida japonesas, debido a la reducción de la diferencia de tasas entre Japón y EE. UU. y los altos costos de cobertura, han reducido sus tenencias desde su punto máximo a 1.06 billones de dólares.

Fondos de cobertura globales entran en locura: Seguros y pensiones consideran la tasa de rendimiento sin riesgo del 4.5% como una oportunidad de “bloqueo” única en la vida, con flujos netos de entrada en septiembre de 2025 alcanzando los 210,7 mil millones de dólares, la correlación positiva de comprar más a medida que baja es claramente visible.

Este cambio de “órdenes administrativas” a “demanda del mercado” ha hecho que el mercado de bonos del Tesoro de EE. UU. sea más diverso y difícil de conmover por una única voluntad política. La retirada oficial es perfectamente compensada por la entrada privada, y la narrativa política de desdolarización contrasta enormemente con la realidad del mercado.

Atractivo de altas tasas de interés: la cruel matemática de comprar más a medida que baja

Los datos revelan una verdad cruel y simple: cuanto más caen los precios de los bonos del Tesoro estadounidense (cuanto más altos son los rendimientos), más capital de compra global fluye. Es un banquete de capital impulsado por altos intereses, y no una gran huida por pánico político. Cuando el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años rompe varias veces el 4.5%, el mercado no colapsa, sino que atrae flujos de capital récord.

China también está realizando un “movimiento astuto”. Al reducir sus tenencias de deuda pública, China mantiene estable e incluso aumenta su cantidad de bonos institucionales estadounidenses (como los bonos de Fannie Mae). Estos bonos ofrecen rendimientos más altos que la deuda pública y cuentan con un respaldo implícito del gobierno de EE. UU., lo que demuestra que la élite administrativa de la gran potencia oriental persigue la maximización de beneficios en lugar de una simple represalia política.

El retorno de capital de Japón no es una “desconfianza” hacia Estados Unidos, sino un resultado de cálculos matemáticos. Después de deducir los costos de cobertura, tener bonos del Tesoro estadounidense al 4.5% podría no ser tan rentable como tener bonos del gobierno japonés al 1.5%. Este retorno de capital liderado por las “señoras Watanabe” (término para inversores minoristas en Japón) y las instituciones representa un verdadero desafío de oferta y demanda para el mercado de bonos del Tesoro estadounidense, cuya importancia incluso supera el ajuste de tenencias de China.

La locura de compra de capital privado global no solo ha llenado cualquier vacío dejado por los oficiales, sino que también ha aumentado la escala general. Esto demuestra que la fuerza dominante en el mercado de deuda estadounidense ha pasado de la “gestión de reservas del Banco Central” a “arbitraje de rendimiento”, y la desdolarización parece impotente ante esta fuerza de mercado.

El capital no tiene patria, solo tasa de rendimiento

Los datos de 2025 han destruido por completo la burbuja del “venta por pánico”. No hay huida, solo ocultamiento: la “reducción de tenencias” de China se lleva a cabo principalmente a través de la transferencia física mediante Euroclear en Bélgica. La nueva fuerza dominante se ha trasladado de los bancos centrales a capital privado, fondos de cobertura y emisores de moneda estable, quienes valoran más el rendimiento que la geopolítica. La ley de la atracción por altos intereses sigue en funcionamiento: mientras los bonos del Tesoro de EE. UU. mantengan un rendimiento superior al 4%, la migración estructural del capital global no se detendrá.

Para los inversores, el mayor riesgo no radica en si China venderá o no, sino en si serán lavados por esta narrativa de pánico cuidadosamente elaborada. El verdadero “dinero inteligente” ya ha visto a través de la naturaleza del capital detrás de las etiquetas de nacionalidad: en un sistema financiero global altamente interconectado, el capital no tiene patria, solo una búsqueda eterna de rendimiento y seguridad. El mercado de deuda estadounidense puede que ya no esté dominado por unos pocos bancos centrales de grandes países, pero se está volviendo más diverso, más orientado al mercado, y por lo tanto más difícil de sacudir por una única voluntad política.

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