El mercado ha entrado en la fase de "desorden de expectativas", defendiendo y esperando oportunidades.
Uno, juicio clave: el mercado entra en la fase de "desorden de expectativas".
1. La trayectoria de la política no es lineal: la política arancelaria presenta "divisiones internas + oscilaciones a corto plazo", lo que dificulta la formación de una consistencia a largo plazo. La repetición de políticas perturba la confianza del mercado, reforzando la característica de "impulso por ruido" de los precios de los activos.
2. Ruptura de datos duros y blandos: A pesar de que los datos duros, como los del retail, son fuertes a corto plazo, los datos blandos, como la confianza del consumidor, han mostrado un debilitamiento generalizado. Esta desincronización, junto con las perturbaciones políticas, dificulta que el mercado capte con precisión la dirección de los fundamentos macroeconómicos.
3. La presión de gestión de expectativas del banco central se intensifica: el discurso del banco central se mantiene neutral y ligeramente hawkish, para evitar que el mercado valore la flexibilización demasiado pronto. La situación actual es: la inflación no está estabilizada, pero se ve forzada a reducir las tasas de interés por la fiscalidad, y la contradicción central se vuelve cada vez más aguda.
II. Principales riesgos a futuro
1. Expectativas políticas confusas: el riesgo más importante no es "cuánto aumentan los aranceles", sino "nadie sabe qué pasará"