⚠️ Aviso educativo: Este curso tiene únicamente fines formativos y no constituye asesoramiento de inversión. Investiga siempre por tu cuenta antes de tomar cualquier decisión financiera.
Propiedad y wallets: Uno de los pilares de Web3 es que tienes la propiedad de tus activos digitales a través de wallets criptográficas. Una wallet cripto no sirve solo para guardar dinero—es, en esencia, tu pasaporte digital para Web3. En ella gestionas tus criptomonedas y otros activos digitales (coleccionables, objetos de juego, etc.), y también funciona como tu identidad para acceder a aplicaciones Web3. Por ejemplo, en vez de crear una cuenta con usuario y contraseña, una app Web3 puede pedirte que conectes tu wallet. Así demuestras «controlo esta dirección» y accedes, sin correo electrónico ni intermediarios. Solo tú posees las claves privadas de tu wallet, lo que implica que tú (y únicamente tú) controlas los activos que tienes. Esta identidad gestionada por el usuario es radicalmente distinta a Web2, donde una empresa puede bloquear tu cuenta o borrar tus datos. En Web3, mientras mantengas seguras tus claves, eres realmente propietario tanto de tus activos digitales como de tu identidad.
La «mejor» wallet depende de las redes blockchain que utilices, de tu dispositivo y de si prefieres el móvil o el navegador. Aquí tienes cinco opciones ampliamente reconocidas y versátiles:
MetaMask (navegador, móvil)
Ideal para: cadenas EVM (Ethereum, Polygon, Arbitrum, etc.), alta compatibilidad con dApps, extensiones y móvil.
Trust Wallet (móvil, extensión de navegador)
Ideal para: experiencia multichain sencilla en móvil; compatibilidad con más de 100 blockchains; gran opción para quienes se inician.
Phantom (móvil, navegador)
Ideal para: experiencia centrada en Solana, swaps rápidos y flujos de trabajo NFT; ahora multichain (Solana, Ethereum, Bitcoin y otros).
Coinbase Wallet (móvil, extensión de navegador)
Gate Wallet (móvil, portal Web3)
Consejo: Independientemente de la wallet, aprende a respaldar tu frase de recuperación, verifica los permisos de las dApps y valora usar wallets distintas para probar cosas y para almacenar mayores saldos.
Para aterrizar el concepto, piensa en una wallet Web3 como MetaMask: una app de wallet muy popular para navegador y móvil. Cuando usas MetaMask para entrar en un sitio Web3 (por ejemplo, un juego descentralizado o un marketplace), el sitio le pide permiso a MetaMask para conectar y, con un par de clics, accedes y empiezas a usar la app. Nadie te solicita tu nombre ni tu número de teléfono; tu dirección de wallet es tu identidad. Actualmente, decenas de millones de personas utilizan wallets de este tipo—MetaMask superó los 30 millones de usuarios activos mensuales a principios de 2024—lo que refleja que cada vez más usuarios optan por esta nueva forma de acceder a servicios online.
Aplicaciones descentralizadas (dApps): Web3 funciona gracias a las aplicaciones descentralizadas, o dApps. Son apps que operan sobre redes blockchain en lugar de servidores centralizados. En una dApp, los datos y la lógica principal residen en la blockchain (normalmente mediante smart contracts, es decir, programas autoejecutables en la red). Esto implica que ninguna empresa tiene control absoluto sobre la aplicación; la gobiernan el código y, a menudo, la comunidad de usuarios. Las dApps pueden tener la apariencia de las apps tradicionales—normalmente cuentan con un sitio web o una interfaz estándar—pero en segundo plano interactúan con smart contracts en blockchain.
¿Qué puedes hacer con las dApps? Existen ya multitud de casos de uso: puedes utilizar servicios de finanzas descentralizadas (DeFi) para prestar o intercambiar criptomonedas sin necesidad de bancos, jugar videojuegos donde los objetos son tokens en blockchain que realmente te pertenecen, participar en redes sociales donde tu perfil y contenido se almacenan de forma descentralizada y mucho más. Por ejemplo, Uniswap es una dApp que te permite intercambiar tokens directamente mediante un smart contract (sin pasar por un exchange centralizado), y OpenSea es un marketplace dApp para tokens no fungibles (NFTs) donde los usuarios compran y venden coleccionables digitales. No vamos a profundizar aquí en DeFi ni NFTs (quizá ya los hayas tratado en cursos anteriores), pero son buenos ejemplos de Web3 en acción. Lo esencial es que las aplicaciones Web3 te otorgan más control y propiedad. Si compras un objeto digital en un juego Web3, es tuyo, está en tu wallet—no es solo un dato en la base de datos del juego susceptible de ser borrado. Si participas en una plataforma social Web3, incluso puedes recibir tokens que te dan participación en la gobernanza o el valor de la red.
Conviene recordar que Web3 sigue siendo una idea en desarrollo. No todo lo que se autodenomina «Web3» está totalmente descentralizado ni es perfecto. Sin embargo, la visión general consiste en un internet donde la propiedad es clave: los usuarios poseen sus datos, sus bienes digitales e incluso una parte de las propias plataformas. Esto lo hace posible la tecnología blockchain, que permite activos digitales escasos (criptomonedas, NFTs) y la descentralización, que garantiza que ninguna entidad pueda eliminar o censurar esos activos de manera arbitraria. En resumen, Web3 trata de darte poder a ti, el usuario, en el entorno digital: ofreciéndote control directo, privacidad y la oportunidad de beneficiarte del crecimiento de las plataformas, en vez de limitarte a ser el producto de las grandes tecnológicas.
Al comprender los principios de propiedad, wallets y dApps de Web3, empiezas a vislumbrar cómo está cambiando el concepto de internet. A continuación, veremos el Metaverso—un concepto que suele ir de la mano de Web3—para explorar cómo estas ideas se traducen en mundos virtuales y nuevas experiencias.